Con la participación de Jorge Celedón, Peter Manjarrés, Poncho Zuleta y otros artistas, llega la segunda edición de Vallenato al Parque
El Festival Vallenato al Parque regresa en 2025 a la plaza de eventos del Parque Simón Bolívar los días sábado 2 y domingo 3 de agosto. En esta segunda edición, el evento reunirá a grandes representantes del género, nuevos talentos y artistas distritales que dan cuenta de la vitalidad del vallenato en la capital del país.
“Vallenato al Parque es una declaración de ciudad, una celebración de la memoria migrante, una apuesta por la diversidad sonora y un reconocimiento de las múltiples voces que han hecho del vallenato un lenguaje nacional con fuerte arraigo en Bogotá. Esta ciudad canta vallenato no solo porque lo heredó, sino porque lo hizo suyo: en las plazas, en las casas, en el transporte y en los corazones de millones de ciudadanos que han encontrado en este género una forma de habitar la ciudad”, explica María Claudia Parias, directora del Instituto Distrital de las Artes - Idartes, entidad que organiza los festivales Al Parque.
Por su parte, Édgar Ibarra, curador del festival, agrega que “Bogotá y el vallenato comparten una relación profunda, entrañable y viva. Este año, la programación busca resaltar la llegada del vallenato a Bogotá hace alrededor de 80 años cuando inclusive aún no se usaba el término “vallenato”. Esta música encontró en la capital un hogar en el que creció y se fortaleció. Bogotá no solo adoptó el vallenato, sino que, con el paso de los años, lo hizo parte de su cultura.
De esta manera, durante dos días, el público bogotano podrá disfrutar de una programación diversa, representativa y de alta calidad. Entre los artistas invitados se encuentran destacados intérpretes como Jorge Celedón, ganador de varios Latin Grammy, cuya música ha traspasado fronteras con canciones emblemáticas como Esta vida y Ay hombe; Poncho Zuleta, patrimonio vivo del vallenato y parte esencial del legado juglaresco y campesino que el festival busca salvaguardar. Su presencia es, además, un acto de homenaje a su dinastía familiar.
El evento contará también con la participación de Karen Lizarazo, una de las voces femeninas más relevantes del vallenato; Penchy Castro, conocido por éxitos como Me tocó perder, Te lo pido a gritos y Celoso; Álex Manga, ex vocalista de Los Diablitos, una de las agrupaciones más influyentes del vallenato moderno. Su voz fue protagonista de clásicos como Tú vas a volar y No voy a llorar. Peter Manjarrés, quien encarna el equilibrio entre popularidad, carisma y vigencia artística, con un repertorio que conecta varias generaciones. Por su parte, Daniel Calderón y Los Gigantes ofrecerán una visión urbana y moderna del vallenato romántico.
Otros artistas que harán parte del festival son El Mono Zabaleta, Churo Díaz, El Puma Vallenato y Orlando Liñán. Esta nómina reúne voces que han hecho historia y que, desde diferentes estilos, han conectado emocionalmente con varias generaciones.
Como parte de la alianza con el Festival de la Leyenda Vallenata, de Valledupar, el evento contará con la presencia de los reyes vallenatos coronados en 2025: Iván Zuleta (Rey Profesional), Gregorio Javier Gutiérrez (Rey Aficionado) y María José Arias (Reina Menor). Su participación garantiza la presencia de las raíces del género, representadas en la tradición oral, los aires clásicos y el virtuosismo instrumental. “Este es el componente que busca presentar las raíces de este género en su organología tradicional compuesta por guacharaca, caja y acordeón, en la que se muestra el virtuosismo de sus intérpretes ejecutando los cuatro aires del vallenato: paseo, son, merengue y puya”, explica Édgar Ibarra.
Además, se presentarán cuatro agrupaciones distritales, que fueron las ganadoras de la Beca Festival Vallenato al Parque 2025: Las DVG, Vallenato, de la juglaría a la modernidad, Édgar Bermúdez Organización Vallenata y El Checha Camelo, artistas que representan la diversidad de expresiones vallenatas que han florecido en Bogotá.
Un festival con historia, identidad y proyección turística
Creado mediante el Acuerdo 933 de 2024 del Concejo de Bogotá, el Festival Vallenato al Parque es una apuesta por reconocer el vallenato como manifestación cultural representativa del país y de fuerte arraigo en la capital. Su nacimiento responde al interés por promover la participación diversa, fortalecer el patrimonio inmaterial y garantizar el acceso libre a la cultura.
La primera edición, realizada en 2024, reunió a más de 30.000 asistentes y marcó el inicio de una tradición cultural que ya muestra un impacto positivo en la ciudad. De acuerdo con cifras registradas por el Observatorio y Gestión del Conocimiento Cultural, 9,5% de los asistentes fueron turistas nacionales o internacionales, de los cuales el 30% viajó a Bogotá motivado por el festival. Estos visitantes participaron además en actividades como recorridos por la capital, consumo de gastronomía local y turismo de naturaleza, lo que demuestra el potencial del evento como dinamizador del sector turístico y económico.
Así mismo, 99% de los asistentes valoró el festival como una estrategia efectiva para preservar y promover el vallenato.
Este festival es también un escenario para visibilizar el talento local: Aunque el interés del público se inclinó mayoritariamente hacia artistas nacionales (88,3%), el festival permitió dar reconocimiento a propuestas distritales, integrando así el vallenato a la construcción de una identidad bogotana plural, incluyente y profundamente musical.
Es así como Vallenato al Parque 2025 reafirma a Bogotá como una ciudad que reconoce la diversidad sonora como parte de su patrimonio vivo y se consolida como un espacio de encuentro intergeneracional, memoria compartida y celebración cultural.
Bogotá, una historia de amor por el vallenato
Desde hace alrededor de 80 años, el acordeón y su música llegaron a Bogotá como un sonido innovador proveniente del Caribe colombiano. Si bien su recepción inicial fue marginal, rápidamente fue ganando terreno y surgieron agrupaciones como Julio Torres y sus alegres vallenatos.
Durante las décadas del 60 y 70, los llamados ‘universitarios vallenatos’ fueron pieza clave en su difusión. Se trataba de estudiantes costeños que compartieron con sus compañeros bogotanos las letras y melodías que traían de su tierra.
En paralelo, el poder político también se sintió seducido por el género: el presidente Alfonso López Michelsen, nacido en Bogotá pero profundamente vinculado al Caribe, utilizó el vallenato como vehículo identitario para su plataforma política y la creación del departamento del Cesar y el establecimiento de Valledupar como su capital.
Un primer paso fue el establecimiento del Festival de la Leyenda Vallenata, idea del propio López Michelsen. La consolidación de dicho evento, impulsado por Consuelo Araújo Noguera y Rafael Escalona, marcó un quiebre en la historia del género: el vallenato inició un proceso canonizante que llegaría a ubicar esta música como emblema del relato nacional.
En los años ochenta y noventa, Bogotá consolidó su relación con el vallenato gracias a conciertos masivos, emisoras especializadas y la circulación de artistas emblemáticos como Diomedes Díaz, Jorge Oñate o El Binomio de Oro. El género había dejado de ser una música distante para convertirse en una presencia sonora constante en la ciudad.
Vendría entonces un capítulo fundamental de la historia cuando Carlos Vives, luego de protagonizar la telenovela dedicada a Rafael Escalona y cantar todas sus canciones, emprendió un proceso de renovación del vallenato al fusionar algunas de sus canciones más representativas con sonoridades del rock y el pop.
En ello, Vives estuvo de la mano con Ernesto ‘Teto’ Ocampo, Carlos Iván Medina e Iván Benavides, entre otros. Desde Bogotá, y junto al rey vallenato Egidio Cuadrado, conformó La Provincia. Este grupo reinterpretó el vallenato en clave urbana y contemporánea. Con ello, logró conectar con nuevas generaciones y llevar el género a escenarios internacionales. Su propuesta no sólo revitalizó la tradición, sino que consolidó a Bogotá como un epicentro creativo donde el vallenato dialoga con otros lenguajes musicales y se proyecta como un símbolo cultural del país.
En esa misma línea de fusión, bandas de rock bogotanas como Distrito Especial y Bloque de Búsqueda también jugaron un papel fundamental en tender puentes entre la música capitalina y los sonidos del Caribe. Con su propuesta innovadora, estos grupos contribuyeron a abrir el camino para un diálogo sonoro entre géneros populares, generando una estética urbana que reconocía las músicas del Caribe y el vallenato como parte del repertorio emocional y cultural de la ciudad.
Estas experiencias creativas alimentaron el terreno para que nuevas generaciones asumieran el vallenato no solo como una herencia, sino como una posibilidad expresiva viva en Bogotá.
Como parte de este proceso, el vallenato alcanzó un reconocimiento internacional crucial: el 1 de diciembre de 2015 la Unesco declaró al vallenato tradicional del Magdalena Grande como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento destacó al vallenato como una manifestación única de fusión cultural —europea, africana e indígena— y como un lenguaje narrativo cargado de imaginación, nostalgia y humor popular. Además, hizo un llamado a su salvaguarda activa, validando el papel vital que ha tenido su arraigo popular —y su apropiación en territorios como Bogotá— para mantener viva esta tradición musical.
En años recientes, Bogotá ha sido escenario de numerosos conciertos masivos de vallenato que ratifican su enorme poder de convocatoria en la ciudad. Estas presentaciones han logrado reunir a miles de personas en lugares emblemáticos de la ciudad. Esta respuesta del público evidencia una relación sólida y afectiva con el género, y consolida a Bogotá como una de las principales plazas vallenatas del país fuera de la región Caribe.
Hoy, el vallenato no es un género importado en Bogotá: es una historia de amor viva, permanente y compartida. Un patrimonio popular, emocional y cultural que forma parte esencial de la identidad contemporánea de la capital. Con el paso del tiempo y gracias a la sumatoria de múltiples esfuerzos, eventos y protagonistas, el vallenato se ha ganado los corazones de los que habitan la capital de Colombia, convirtiéndose en el género popular preferido.