Editorial

Idartes Internacional, una ventana al mundo

La cultura, códice de nuestra humanidad, se debe intercambiar y compartir con otras regiones.
Mujer en vestido blanco en una obra de teatro con fondo negro.
Contenido

Desde hace ya miles de años, los seres humanos tenemos impregnada la necesidad de relacionarnos, de formar vínculos, no solo necesarios para la supervivencia, sino para generar lazos afectivos y conexiones espirituales importantes. De aquí, y como método de comunicación, también derivó la cultura, como nos lo ha mostrado la historia desde tiempos prehistóricos, evidenciada en las pinturas rupestres de nuestros antepasados y en la creación de los primeros instrumentos musicales. 

Los humanos también han aprovechado este descubrimiento de la expresión artística -danza, pintura, música y escritura- para reflejar sus visiones, cosmogonías, historias y contextos, para sembrar memoria y para intercambiarla con otros pueblos. El trueque, que permitió de manera progresiva el reconocimiento de otras culturas, también llevó a que extendiéramos nuestros conocimientos, técnicas e ideas. Sin un intercambio entre civilizaciones, no tendríamos la multiplicidad de contextos que tenemos hoy en día. 

“La cultura es plural por definición”, afirma Miguel de Bustos en 2006, y la Declaración de los Principios de Cooperación Cultural Internacional, proclamada por la UNESCO en 1966, reafirma la importancia de reconocer la dignidad y el valor de la cultura, que debe ser protegida y respetada. También expresa que cada pueblo tiene el derecho y el deber de desarrollar su cultura, puesto que todas juntas forman, en un todo, el patrimonio común de la humanidad. 

Esta declaración, derivada de la XIV Conferencia General en París, tendió la primera base internacional para fomentar la cooperación cultural, el diálogo, el intercambio y el reconocimiento, y tratar de apaciguar la hostilidad mundial, puesto que fue en medio de la Guerra Fría, y generar puentes para una reconstrucción progresiva de la paz. 

El año pasado, el Instituto Distrital de las Artes - Idartes, constituyó su proyecto Idartes Internacional, una ventana al mundo para fomentar el arte y la cultura de Bogotá en otros escenarios a nivel global, así como para circular experiencias, conocimientos y propuestas de otros países. De esta manera estamos logrando que el mundo conozca nuestra riqueza y talento local y, al mismo tiempo, abrimos nuestras puertas al mundo. 

Existe una común concepción de que lo extranjero suele ser más innovador, pero desde Bogotá tenemos programas y eventos que realmente vale la pena mostrar y llevar a otros continentes. Nuestros programas Nidos, arte en primera infancia o Crea, formación artística para niños, jóvenes y adultos, e incluso Arte a la KY para la regulación de artistas en el espacio público, son algunos de nuestros grandes avances e innovaciones desde la política pública para las artes y la cultura, que sin duda, pueden ser paradigmas. 

Desde la constitución de este proyecto, el Idartes ha tenido grandes logros. El año pasado, Bogotá fue el invitado de honor del VI Festival de Jazz de Valparaíso en Chile y llevó a tres producciones bogotanas al Festival 16 Kilómetros de Cañada Real, España. 

Aún más, el Instituto también ha establecido importantes relaciones con embajadas de distintos países como la de Rusia, España, Estados Unidos y Suecia, entre otras, para traer a los distintos escenarios de Bogotá muestras culturales. Para amplificar aún más nuestro mensaje, nuestra misión y propósito como una entidad dedicada la cultura y las artes, hemos participado exitosamente en destacados eventos internacionales como el Global Toronto, organizado por Small World Music de Canadá, y en el congreso Imagine the Arts de la International Society for the Performing Arts - ISPA

En el mundo no podemos hablar tan solo de una cultura, sino de múltiples historias, contextos y expresiones. Aprender a reconocerlas y conservarlas es fundamental para mantener la paz y nuestra tranquilidad espiritual. Para eso estamos nosotros, para contribuir a proteger el legado, la memoria y el patrimonio cultural de la ciudad mediante el intercambio, reconocimiento y libre expresión de todas las manifestaciones artísticas.

La Constitución de la UNESCO recuerda: “puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz", por eso estamos convencidos de que nuestras acciones deben estar basadas en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad. 

Catalina Valencia Tobón
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