
Más allá de la vista: la creación como camino
En los talleres de formación del Programa Crea, del Instituto Distrital de las Artes – Idartes cualquier persona mayor de seis años puede inscribirse y sumarse a esta experiencia.
Wilson González es una de esas personas que encontraron en el Programa Crea un camino para redescubrirse; él es un ejemplo de cómo el arte puede ser una vía para la reconstrucción personal y la inclusión. Y como él, muchas otras personas encuentran en Crea un espacio de crecimiento, sin importar su edad o experiencia previa.
Wilson no nació invidente. Un accidente le arrebató la visión de un momento a otro y, con ella, su rutina, sus actividades y, en gran medida, su ánimo. Durante mucho tiempo, se sintió sin rumbo, desmotivado y con la sensación de ser una carga en su propia casa. Hasta que su esposa, al ver un anuncio del Programa Crea, lo animó a inscribirse en los talleres de formación.
Cuando llegó, hace ya cuatro años, no tenía mucha experiencia con materiales ni técnicas. Sin embargo, se encontró con un grupo de compañeros que lo acogieron con fraternidad y con una formadora que asumió el reto de acompañarlo en su proceso de aprendizaje desde cero. Así, comenzó a descubrir las texturas, a trabajar con arcilla, plastilina, papel, telas y lanas. Al principio, todo era nuevo: aprender a identificar una línea a partir del tacto, experimentar con materiales desconocidos y enfrentarse al desafío de la creación sin ver los resultados. Pero poco a poco, con paciencia y dedicación, Wilson fue avanzando.
“Uno no se imaginaba volver a hacer estas cosas, porque uno las hacía cuando era un sardino que estaba estudiando, entonces hacía las creatividades (SIC) que vemos acá (…) y pues me ha parecido muy útil”, cuenta Wilson.
El proceso inició con ejercicios bidimensionales, pasó luego a lo tridimensional y, más adelante, incluyó el trabajo con el cuerpo. A medida que aprendía, su autonomía crecía. Empezó a llevar sus trabajos a casa y a experimentar con nuevos materiales por su cuenta. Hoy, Wilson está trabajando con bordado y ha desarrollado su propio taller en casa, donde experimenta con lanas, hilos y telas.
“Empezamos con lo más básico: reconocer la línea a través de diferentes materiales, trabajar bidimensionalmente, luego pasar a lo tridimensional. Poco a poco, involucramos el cuerpo como herramienta de creación”, explica Silvia Cifuentes, la artista formadora a cargo de este proceso en artes plásticas en el Crea Villas del Dorado.
La evolución de Wilson no se limitó a lo artístico. Gracias a los contactos y redes de apoyo que formó en el Programa Crea, accedió a otros programas para personas con discapacidad visual, en los cuales aprendió a movilizarse de manera independiente y a reconocer billetes, entre otras habilidades fundamentales para su vida diaria. Pasó de depender de otros a desplazarse con confianza, de recibir instrucciones a proponer sus propios proyectos, de sentirse un estorbo a recuperar su entusiasmo por la vida.
Silvia Cifuentes recuerda cómo este proceso también fue un aprendizaje para ella. Sin experiencia previa con población con discapacidad visual, tuvo que investigar y construir estrategias en conjunto con Wilson y el grupo. Así, se creó un espacio de enseñanza colaborativa, donde cada integrante aportaba sus conocimientos para enriquecer el aprendizaje de los demás. “No le preparo una clase aparte, sino que busco estrategias para que él entienda los conceptos de la manera más favorable para él y para que todo el grupo aprenda de su proceso”, explica Silvia.
“Invito a todos a que se inscriban. Aquí no importa si no saben nada, porque las profesoras nos enseñan desde lo más básico hasta que vamos avanzando y aprendemos un montón. Esto es para niños, jóvenes y adultos. Se aprende y se disfruta mucho”, dice Wilson con convicción.
Las inscripciones para el Programa Crea ya están abiertas de manera presencial o en la web a través de www.crea.gov.co y en éste pueden participar todos los habitantes de la ciudad pues para ellos Idartes tiene dispuestos 20 centro Crea en diferentes localidades de Bogotá.