La Quinta del Lobo celebra sus 15 años en la inauguración del festival RealMix 0.5

La Quinta del Lobo celebra sus 15 años en la inauguración del festival RealMix 0.5
Desde hace más de una década, La Quinta del Lobo se ha consolidado como un ensamble interdisciplinario que expande los límites de las artes escénicas en diálogo con la ciencia y la tecnología. Fundado en 2010 en Bogotá por Carmen Gil y Camilo Giraldo, el colectivo ha desarrollado un lenguaje transmedia que involucra a artistas visuales, músicos, bailarines, diseñadores, ingenieros y artesanos en creaciones que han viajado por escenarios de Colombia, América Latina, Europa y Asia. Al ensamble se suman la cantante, compositora e investigadora Juanita Delgado, reconocida por su exploración de la voz y la dramaturgia performática, y el artista escénico Juan Carlos Echeverry, cantante lírico cuya fuerza interpretativa y versatilidad vocal amplían el registro expresivo de las obras.
Entre sus proyectos se destacan Vanitas Libellum, Cuentos de la Manglería, Infinitos ∞, Hybris —una instalación multimedia que indaga en las tensiones entre cuerpo, mutación y tecnología a través de la figura del grolar, una especie híbrida el oso grizzly y el polar— y Habūb, escrituras de arena y agua, una relectura de La Vorágine que rescata las voces silenciadas de la Amazonía y reflexiona sobre el equilibrio de la tierra y la condición humana.
En el marco del festival RealMix 0.5, organizado por la Línea de Arte, Ciencia y Tecnología de Idartes, Idartes conversó con Carmen Gil Vrolijk, directora artística, dramaturga y creadora audiovisual del ensamble, sobre el estreno este 27 de septiembre en el domo del planetario de 52 Hz (52 Hercios), una obra que continúa la exploración de La Quinta del Lobo en los territorios, donde el arte se encuentra con narrativas contemporáneas y tecnologías emergentes.

Imagen de Infinitos ∞. Archivo de La Quinta del Lobo
Idartes: ¿Cómo nace La Quinta del Lobo?
Carmen Gil Vrolijk: La Quinta del Lobo surge como una pregunta desde la investigación y creación. Yo entro a trabajar en la Universidad de los Andes en el año 2008. En ese momento, la universidad abre aquí en Colombia la línea de creación en las artes, algo que fue fundamental para entender nuevos procesos de investigación. Antes, si eras profesor hacías solo papers, pero la pregunta que se comenzó a plantear Los Andes en ese momento fue: ¿Cómo investiga un artista? Y la conclusión es que un artista investiga produciendo obra. El ensamble nace de esa manera como un proyecto en el que se reflexiona en torno a las artes híbridas expandidas y la relación con el performance y los medios electrónicos.
Idartes: Además de ese ejercicio académico, Camilo Giraldo y usted ya tenían una trayectoria reconocida en el ambiente cultural de la ciudad.
Carmen Gil Vrolijk: Exacto. Con Camilo nos conocemos desde hace muchos años y uno de los primeros trabajos que hicimos fue Retrovisor, un proyecto musical de electrónica con visuales que tuvo varias reencarnaciones y que arrancamos en 2004. A medida que Retrovisor comenzó a crecer y a volverse banda su orientación cambió. Alcanzamos a trabajar con varios músicos reconocidos de la escena musical de Bogotá, como Luis Alfonso Cruz Pocho y Juan Manuel Toro. La Quinta inicia, justamente, porque llega un personaje que es muy importante para mí, mi gran maestro, Iván Benavides. Él oye un disco de Retrovisor y nos invita a colaborar con L ´Explose, una de las compañías más destacadas de danza contemporánea en el mundo. Nosotros hicimos una obra con ellos que se llamó La razón de las Ofelias, en el año 2008. Mi trabajo en la obra era crear un ambiente con video y con visuales para un grupo de bailarinas que representaban las diferentes proyecciones de la esquizofrenia. Ahí se nos despertó la curiosidad por unir esos lenguajes y llevarlos a un sitio más experimental. Esa búsqueda y ese trabajo terminó consolidándose en la primera obra que nosotros estrenamos en 2012.

Imagen de Cuentos de la Manglería. Archivo de La Quinta del Lobo
Idartes: La Quinta del Lobo experimenta con distintos recursos tecnológicos para crear sus obras, ¿cómo cree que estos formatos benefician la práctica artística?
Carmen Gil Vrolijk: Para mí esa pregunta está muy relacionada, no solamente con la práctica artística, sino con mi práctica académica como profe. Yo creo que nosotros vivimos una época en la que la tecnología muchas veces nos sobrepasa y la gente empieza a usar cosas porque están de moda, porque son chéveres. Muchas veces encontramos cosas vacías en esos usos. Yo les digo a mis estudiantes todo el tiempo: “Nosotros hacemos obras, obras de arte, no contenidos”. Y creo que esa palabra atraviesa mucho nuestra época. Los contenidos se hacen para llenar contenedores vacíos y los artistas tratamos de construir o de crear obras que perduren en el tiempo. La pregunta por la tecnología es: ¿para qué usarla? Un estudiante me preguntaba: “Pero ¿por qué trabajar con Inteligencia Artificial?” (nosotros en 52 hercios trabajamos con IA). Mi respuesta fue: “Porque tenemos que conocer todo de cierta forma”. Las tecnologías que aparecen son maravillosas para investigar qué traen, qué nos quitan, dónde son interesantes, dónde nos ponen a pensar más allá del efecto especial. Por eso, al momento de construir piezas, para nosotros es indispensable definir: ¿Hay un sentido dramatúrgico? ¿Hay un sentido narrativo? ¿Usar esto va más allá de solo mostrar un efecto especial? ¿Qué queremos provocar?
Idartes: ¿De dónde vienen los conceptos e ideas que desarrolla La Quinta del Lobo en sus obras?
Carmen Gil Vrolijk: En cada obra es diferente, pero creo que hay factores que se repiten. Yo estudié arte, entonces pienso mucho en materiales, en gestos, en sensaciones. Para mí el arte no es objeto, sino experiencia. Tal vez, la forma de abordar los proyectos viene mucho del gesto, que es algo tan importante en el arte contemporáneo. También está la literatura. El híbrido, el grolar, que aparece en Hybris, me pareció una metáfora impresionante del antropoceno y aparece de la mitología. La palabra híbrido viene de Hybris, un término de la mitología griega que significa desprecio por el espacio de los otros, algo muy de nuestra era.

Imagen de Habūb, escrituras de arena y agua. Archivo de La Quinta del Lobo
Idartes: ¿Cómo se trabajan esas ideas en el proceso creativo?
Carmen Gil Vrolijk: Llega normalmente una provocación -así las llamo yo- que me encuentro y se la cuento al equipo, y empezamos a tejer. ¿Qué pasó en Habūb, por ejemplo? Habūb surgió de un documental que vi sobre la conexión entre el Sahara y el Amazonas. Cuando yo vi este scan, que es como una especie de estructura dorada que une el Sahara con el Amazonas, dije: "Esto es un techo." Fíjate, para mí el primer gesto fue mirar hacia arriba, mirar esa nube de arena. Luego viene la invitación, que nos hace Iván Benavides, a nosotros y a otras cinco compañías, de releer La Vorágine y de hacer un proyecto en el marco de La Vorágine expandida. Del gesto, pasamos a la pregunta. ¿Qué nos interesa a nosotros contar de la selva viviendo en la ciudad? ¿Cómo integrar la nube de arena? Desde allí, las cosas comienzan a tejerse. Al principio tejemos en un sentido muy improvisado en la medida en la que no hay un guión específico. En ese periodo, tratamos de estar muy alertas. Después empezamos a compartir lo que encontramos y todo el equipo aporta desde su disciplina.
Idartes: Háblenos sobre 52 Hz, la obra para domo que van a estrenar en el Festival RealMix 0.5
Carmen Gil Vrolijk: La idea de 52 Hz viene de otro documental. Un día, veo la historia de esta ballena solitaria que canta a una frecuencia alta (52 Hercios) en busca de pareja y que nunca ha sido avistada. Y pienso: “Este es uno de los mitos de nuestro tiempo”. Un animal mágico, secreto, solitario. En sí, es la metáfora de lo diverso, de lo invisible, de la terrible belleza que existe en la soledad. Esto se nos ocurrió por primera vez hace 3 años. Se lo conté al equipo y comenzamos a investigar y a escribir, pero no alcanzamos a finalizarlo. Es justo cuando llega la invitación de RealMix, que a todos se nos ocurrió que ese era el escenario perfecto para culminarla. El domo es el lugar ideal, porque la obra transcurre debajo de la superficie del mar y este lugar consigue dar esa experiencia.

Imagen realizada para 52 Hz. Archivo de La Quinta del Lobo
Idartes: ¿Qué propuesta veremos en la puesta en escena de 52 Hz?
Carmen Gil Vrolijk: La obra la comenzamos a tejer desde el sonido. Es una obra que tiene muchos instrumentos. Tiene sintetizadores, tiene secuencias, está la voz, el contrabajo, theremin, hay una lira… A nivel visual, queríamos crear una atmósfera especial que se complementa con un componente de realidad aumentada (RA). El uso de esta tecnología para nosotros fue un reto, porque debía tener un sentido dramatúrgico. En este caso, la realidad aumentada, nos sirvió para ubicarnos en el lugar. 52 Hz no es para nada una obra figurativa, sino más bien resulta bastante abstracta. Tiene una estructura de varios movimientos. Tal vez, por trabajar con músicos, nosotros le llamamos movimientos, en vez de capítulos. El primer movimiento tiene que ver con sumergirse. Esa es la sensación que va a tener el público. Luego aparece una presencia que es ese ser que no sabemos muy bien qué es. Aquí propiamente, no van a encontrar ballenas como en los documentales, pero sí obviamente hay un guiño a la anatomía y a los sonidos. El tercer movimiento es la contemplación de un universo enorme, lleno de criaturas que encuentran a esa otra criatura distinta; y bueno, el final es una sorpresa.
Idartes: Hace poco mencionó que utilizó Inteligencia Artificial para la creación de algunas imágenes para la obra ¿Cómo fue ese proceso?
Carmen Gil Vrolijk: Para esta obra, yo uso imágenes de archivo, imágenes que yo produzco. Hay unas referencias a la cáustica, que es este fenómeno químico dentro del agua. También hay imágenes generadas con inteligencia artificial. Mi propósito al usar este recurso era crear seres híbridos, no la imagen documental de la ballena o de ese mundo submarino, sino la imagen de un mundo visto desde una perspectiva poética y estética. No es para nada darle la potestad completamente a la máquina, sino lograr la relación entre la investigación científica, la licencia poética y ese lugar que va más allá de lo que permite la inteligencia artificial. En las imágenes también van a ver mucho la inspiración que tomé de figuras geométricas; de Ernst Haeckel, que es un ilustrador científico del siglo XIX; de investigaciones sobre ballenas, su morfología, sus distintas especies.

La Quinta del lobo. Archivo La Quinta del Lobo
Idartes: Ustedes son referentes en puestas en escena multimediales, ¿cómo cree que es la recepción del público de estos formatos innovadores?
Carmen Gil Vrolijk: Pues mira, yo creo que desde hace años la gente está lista para lo multimedial. Obviamente, todavía hay públicos muy radicales que se limitan muchas veces. Gente que cree que el teatro es un diálogo, a pesar de que el teatro originalmente es multimedia. La primera construcción multimedia de la historia de la humanidad es el Wayang Kulit, que es el teatro de las sombras. Hace poco me comentaba un director que está haciendo un documental: “Pero es que la gente cree que estas experiencias inmersivas no dicen nada". Esa es una postura que se puede desarrollar -ligada incluso a una cosa comercial-; pero que, en general, habla mucho del desconocimiento que tenemos de la labor de los artistas. Claro, hay personas que piensan que lo multimedial es que tú tienes una obra de danza o de teatro y pones unas imágenes detrás y ya… En esencia, la formación de públicos radica en que las imágenes y el tejido de la obra tengan que ver con una experiencia que realmente te aporte a ti. El público no es tonto. Si no hay esa experiencia, al final se van aburrir. La gente va a decir “aquí no me dijeron nada. Esto es solamente efectos y cosas bonitas”. A nosotros nos pasó algo muy interesante el año pasado en nuestra gira nacional. Estábamos presentando Habūb y llegamos a Lérida. Era la segunda vez que en 40 años una obra de teatro se presentaba, después de Armero. A nosotros nos anunciaron por perifoneo en todo el pueblo y el sitio se llenó. Las personas preguntaban: “¿Esto de qué es?”, y había gente que supuestamente no había entendido la obra y contestaba: “Eso es de un tipo blanco que llega y se lo come la selva” … ¡Y es eso! Fíjate que al final si la gente entendió eso, pues qué maravilla: lo entendió todo.
Idartes: La Quinta del Lobo está cumpliendo 15 años…
Carmen Gil Vrolijk: Sí, sobre eso: vamos a tener varios eventos de celebración. El 23 de septiembre inauguramos una exposición en el Salón de los Espejos (Teatro Jorge Eliecer Gaitan), que es una exposición del universo de La Quinta con inmersiva, con piezas de vestuario, con videos. Vamos a hacer mapping en este lugar que es un espacio bellísimo. Luego, vamos al Planetario el 27 con 52 Hz. Luego, el 3 de octubre estamos con Hybris en el Jorge Eliecer; y, por último, nos vamos para el CNA (Centro Nacional de las Artes Delia Zapata Olivella) dos semanas con temporada de Habūb. Como ves, todo septiembre y octubre va a ser nuestra gran fiesta de 15.
52 Hz se presentará el 27 de septiembre a las 7:30 pm en el domo del Planetario. La entrada es libre hasta completar aforo.