Entrevistas

La energía de una onda se convierte en mar

Este es el proyecto de Salomé Rojas, ganadora de la Residencia CK:\WEB en el Centro de Arte Sonoro – CASo 2023.
Crédito imagen: Salomé Rojas
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Salomé Rojas, maestra en artes visuales oriunda de Venezuela, ha trabajado en la intersección entre arte, ciencia y tecnología, aprovechando algoritmos, datos y metadatos de uso libre que combinados con sustratos análogos puedan potenciar sentidos poéticos. 

Durante los últimos años ha experimentado con aspectos técnicos, materiales y poéticos de los datos digitales, las ondas radiales, la telecomunicación e Internet, junto a metáforas de la soledad, el error y la distancia como condiciones de la comunicación humana. Asimismo, una de sus líneas de trabajo se ha enfocado en el mar desde distintas perspectivas, maneras materiales y conceptuales, desarrollando piezas como El mar en una botella en el mar (2022), Todas las rutas (2022) y Morir en la orilla (2019)

En este misma línea de trabajo, y en relación a su interés por la comunicación, las ondas y las conexiones, Rojas estará viajando a Argentina a llevar a cabo la Residencia CK:\WEB de arte sonoro, de la transmisión y contenidos radiofónicos experimentales en el Centro de Arte Sonoro (CASo) Buenos Aires, Argentina 2023, donde desarrollará su proyecto La energía de una onda se convierte en mar como ganadora de esta beca del Portafolio Distrital de Estímulos de la Línea Arte, Ciencia y Tecnología del Idartes

¿Cómo se empezó a interesar por las intersecciones entre arte, ciencia y tecnología? ¿Qué tipo de proyectos ha desarrollado dentro de este campo?

Mi interés surge de algunas cosas que me empezaron a llamar la atención y que quise investigar. Tenía preguntas, por ejemplo, sobre la conexión, la interferencia, la distancia y la comunicación a distancia. Creo que es algo que siempre ha rondado en mi cabeza por distintos motivos y empecé a ver pequeñas luces que me llevaron hacia la tecnología. 

Eso me llevó a trabajar con el Internet, con la forma en la que funciona más allá de las golosinas que nos muestra las pantalla, sino ir más a fondo, ir detrás al tema de la conexión por Internet, aunque también la desconexión.

¿Cómo fueron esas primeras aproximaciones con el Internet? ¿Cuál fue su primer acercamiento?

Fue una situación muy puntual: el gran apagón en Venezuela. Yo soy de ahí y, aunque yo ya estaba acá en Colombia cuando sucedió, mi familia estaba allá y sabía lo que estaba sucediendo. Las comunicaciones se cortaron y en ese momento no importaba cuánta tecnología hubiese, simplemente se fue la luz y todo colapsó. Esto se mezcló con el hecho de que durante protestas también cortaron el Internet para que la gente no pudiese comunicarse. 

Ahí fue que empecé a tener preguntas formales sobre cómo funciona el Internet. Comencé a realizar ciertos ejercicios como intentar conectarme con el router de mi casa allá en Venezuela. No intenté hablar o enviar un mensaje, sino observar cómo funcionaba el protocolo de comunicación mismo. 

Entonces, por ahí fue que empecé con el tema del Internet, aunque antes también había tenido unas aproximaciones más tímidas con el sonido de la radio y con la interferencia. Empecé a experimentar con mi celular, manejando algunos sonidos que cambiaban con la gente que se acercaba, algo interactivo y reactivo. Ahí también inició el tema con el Internet y con la radio.

Su propuesta para la Residencia CK:\WEB en el Centro de Arte Sonoro – CASo en Buenos Aires está enfocada en las ondas de radio y de los océanos ¿de dónde salió esta unión de conceptos?

Es una idea que aún no tengo del todo resuelta en mi cabeza, pero el plan es precisamente ir a CASo a experimentar con ella. Más allá de las primeras intuiciones obvias de la onda de radio y la onda en el agua el mar, también me di cuenta que la radio tiene ruido blanco, un sonido que después de un rato se vuelve meditativo, y el sonido del mar también puede tener esa propiedad para algunos. 

Entonces, comencé a juntar un sonido con el otro y ahí pude identificar unas similitudes evidentes, y a partir de ahí inicié a trabajar con el concepto de la distancia del mar y de la radio, a pensar en esa ola que va y viene y la señal que va y viene, porque me gusta este asunto de sintonizar la radio, que yo creo que es algo que ya no hacemos casi porque no estamos tan familiarizados. El radio receptor ya no lo usamos tanto en casa o en otras circunstancias, pero me gusta mucho el hecho de que se pudiese mover con el dial, ni siquiera del botón, moverlo y convertir el ruido en un sonido. Entonces, es como si ese ruido te acercara a algo. Ahí empiezo a pensar que el mar también te acerca a las cosas y te trae cosas.

¿Su trabajo se ha enfocado principalmente en lo análogo o también ha involucrado elementos más digitales?

Es sobre todo análogo, porque para pasar por el asunto de la onda se debe pasar por el asunto físico, o por lo menos se hace más evidente en el fenómeno físico por el cual funciona la radio. Es mejor para obtener ruido como con mucha textura y para tener la imprecisión de la sintonización.

El proyecto que va a desarrollar la residencia en el Centro de Arte Sonoro – CASo va a investigar también sobre las corrientes oceánicas ¿cómo plantea o se imagina esa relación?

Hay muchas cosas que aún no tengo resueltas, pero ciertas cosas me llaman la atención de las corrientes oceánicas, los flujos del mundo. Además, como comentaba antes, así como el ruido y las ondas de radio traen algo, el mar también. Por otro lado, me llama la atención que se ha investigado mucho sobre el mar, sin embargo, aún hay muchas cosas que no se conocen de él. 

También es una forma en la que uno puede moverse por el espacio, algo que también busco con el espectador, aunque no sé cómo manejarlo todavía. Pero la radio tiene ese fenómeno físico, por ejemplo cuando uno intenta acercarse al lugar en donde mejor o peor señal tiene. Quiero experimentar con eso, quiero ver cómo las personas se van acercando y queriendo sumarse a probar una pieza que está en construcción, ver cómo se mueve por el espacio e intentar conseguir en dónde está la señal nítida y cómo conseguir por dónde va la corriente de esa de esa onda.

¿Cómo se imagina el desarrollo de su proyecto en CASo? ¿Cómo se ha planteado el desarrollo?

Me imagino un espacio de taller abierto en el que la gente pueda acercarse en cualquier momento, porque eso me da la oportunidad de ver cómo la gente interactúa y entender, por ejemplo, si la gente se quiere mover por el espacio para buscar la señal, o si se sientan a escuchar, que igual también sería como algo contemplativo, como el que simplemente se sienta en la orilla del mar. Pienso en todas esas metáforas, a ver qué pasa realmente con el espectador cuando tenga el aparato radial en la mano y tenga sus audífonos puestos, quiero ver cómo reacciona la gente. 

Algo que también me llama la atención de la residencia en CASo es que, además de estar en un lugar distinto, también habrá otros y otras artistas trabajando en sus proyectos que, aunque tengamos ideas distintas, los proyectos están atravesados por el sonido. Entonces, estas personas se convierten en un interlocutor constante, una interacción importante para compartir ideas. 

¿Qué otros proyectos has realizado que se basen en las intersecciones entre arte, ciencia y tecnología?

Yo tengo toda una línea de trabajo sobre el mar, entonces ahí he hecho cosas gráficas, cosas con papel, pero desde lo plástico. También he trabajado con el Traceroute1, del Internet, de las páginas, de los dominios que están vinculados de alguna manera y que tienen en su nombre alguna mención al mar, al océano, a las olas, etcétera. Intento dar con el Traceroute de dónde están alojadas estas páginas, a qué páginas se puede llegar y a qué no.

Recientemente también he estado experimentando con biopolímeros, con bioarte en general: con algunos químicos en la naturaleza, biomateriales, entonces estoy en casa creciendo algunos materiales, aunque aún está muy incipiente la cosa. Todo se basa en unos tubérculos y raíces que me llaman la atención por su composición química.

Este trabajo con biopolímeros también terminó teniendo una ala de alimentación, de la comida y de pensarse la química en la comida, pero está aún en proceso. Ha sido muy bonito trabajar con un ser vivo, con el cual la interacción es distinta, pero yo creo que eso va como por un lado bien distinto a la residencia.

1. En informática, traceroute y tracert son comandos de diagnóstico de red de computadoras para mostrar posibles rutas (rutas) y medir los retrasos de tránsito de los paquetes a través de una red de Protocolo de Internet(IP). El historial de la ruta se registra como los tiempos de ida y vuelta de los paquetes recibidos de cada host sucesivo (nodo remoto) en la ruta (ruta); la suma de los tiempos medios en cada salto es una medida del tiempo total empleado para establecer la conexión. (tomado de wikipedia)

Crédito imagen: Salomé Rojas

 

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