Otredad en Teusaquillo: “Es Cultura Local es la semilla”

Víctor Rueda, integrante de Fussion Entretaiment, iba dando indicaciones el pasado viernes 30 de abril a seis personas en la casa de la Fundación El Colombiano. Decía que eran semillas y debían expresar cómo crecerían si fueran una planta. La escena viene de uno de los talleres que son parte del proyecto Otredad, ganador del Programa Es Cultura Local. Generó espacios de formación en teatro, música y danza entre abril y junio con el fin de montar la obra Caminos de libertad como una iniciativa para la comunidad LGBTIQ+, familias y redes de apoyo en Teusaquillo. 

Cada uno de los seis participantes del taller de teatro va siguiendo las indicaciones de Víctor. Sus cuerpos, ahora en el suelo, se convierten en una semilla que va creciendo. Cada uno se incorpora a su manera como una muestra de lo evidente: cada uno es diferente. Julián Pérez es el primero en hacer que sus brazos, o sus ramas, lleguen a lo más alto; mientras Paula Lerales crece lentamente. Ya ha pasado parte del ensayo y cada uno se va expresando más libremente cuál es el propósito del proyecto Otredad. 

“Con Es Cultura Local lo que hemos tenido es la posibilidad de abrir un espacio libre, un espacio de respeto, una red de apoyo a personas de la comunidad donde puedan ser ellos, en donde se puedan sentir libres y puedan decir que se pueden formar libremente; pero adicionalmente, nos permite el tema de ser visibles en la localidad”, dice Víctor Rueda con certeza del impacto que ya logran con esta iniciativa. 

Aunque no pudieron llegar todos al ensayo nocturno, por ser un día de manifestaciones y caos vehicular, quienes están van mostrando cada vez más fluidez en los movimientos. Ya convertidos en plantas, el ensayo avanza con diferentes ejercicios que los llevan a reconocerse como actores y a reconocer a los otros compañeros con interacciones constantes ya sea como animales o con muecas para hacer reír. No todos se conocen, pero la mayoría viene por invitación de otro, haciendo de este proyecto una red de apoyo. 

Ese es el caso de Paula Lerales, estudiante de la Universidad Pedagógica. Ella llegó por invitación de un amigo y, tras reconocer la importancia del proyecto, invitó a una amiga más esta noche. Como explica, “me impacta la palabra otredad porque tiene que ver con el otro y percibo el teatro como algo muy terapéutico: algo de conocerme, aprenderme, investigarme y entenderme. Eso me parece importante. Ella pasa por un momento en el que necesita reconocerse y darse valor; y yo me dije que estos son los espacios que, literalmente, me han salvado la vida”. 

Ya habiéndose reconocido más entre todos, el sentido terapéutico del teatro llega suavemente tras apagar las luces del salón. Tan solo queda una leve entrada de la luz fría de la calle que entra por la única ventana del lugar. Todos reposan en el suelo y Víctor va guiando una meditación. Los lleva con su voz a una isla donde los hace sentirse seguros para que creen un personaje. Poco a poco las palabras hacen que en la mente de los participantes tome forma una persona amada para poder hablar e interactuar. Tras terminar, y ya encendidas las luces, hay lágrimas en algunos ojos. 

Víctor los reúne y explica que el teatro, ante todo, es terapéutico pues involucra el cuerpo, la voz y las emociones. Los invita a compartir sus experiencias y cada uno va abriendo su corazón. La mayoría se encontraron con un familiar, algunos con amigos, pero todos reconocieron que vivieron emociones como melancolía, impotencia, alegría o tranquilidad. Cada uno lo sintió a su manera y de allí que cada uno crezca como semilla y actor de forma diferente. 

En el caso de Julián Pérez, esta realidad es muy cercana para él. Justamente fue su terapeuta quien le recomendó asistir a un taller de teatro pues es algo que le apasiona desde niño, pero dejó atrás. Siente que “Es Cultura Local sirve con proyectos como este. Ojalá se ampliara porque es un privilegio, ojalá las personas de otras localidades también puedan tener acceso a estos espacios que les permitan explorar otras cosas. Que los saquen del día a día, de las rutinas para explorar esta parte humana y creativa como un ser integral”. 

Así, desde el teatro como desde la música y la danza se van uniendo en un espacio seguro para cada uno de los cerca de 30 beneficiados por taller que, igualmente, impacta directamente a cuatro formadores por área. Víctor toma un momento para explicar la importancia del proceso y los anima a llegar hasta el final pues podrán participar en la obra interdisciplinar Caminos de libertad en el Auditorio Santa Ana para mil personas. 

Quieren que sea un vehículo pedagógico para poner sobre la tarima la realidad de la comunidad LGBTIQ+ en zonas rurales de Colombia. Y así, como en el desarrollo del taller, buscarán hacer crecer esa planta que les dé espacios seguros para ser libremente. Víctor lo ve claro tras las tres horas de taller que termina de liderar y se imagina el camino que queda hacia adelante: “Es Cultura Local es la semilla que nos va a ayudar para que en un futuro podamos tener varios montajes con las personas con las que estamos trabajando”.

En la tercera versión del Programa Es Cultura Local se reafirmó el compromiso de la ciudad con el sector creativo y cultural, promoviendo su estabilidad y sostenibilidad. Desde el Instituto Distrital de las Artes - Idartes y los 16 Fondos de Desarrollo Local – FDL se realizó una inversión cercana a los 14 mil millones de pesos para entregar más de 500 estímulos, beneficiando directamente a agentes culturales y creativos de la ciudad.