Una fiesta para la primera infancia: la historia de Bebés al Parque

Una fiesta para la primera infancia: la historia de Bebés al Parque
Hace diez años, el Parque El Tunal fue testigo de un evento que sembró un precedente en la ciudad: la primera versión de Bebés al Parque. Entre polvo y carreras logísticas, con carpas desplegadas y artistas dispuestos a jugar, las familias bogotanas comenzaron a vivir una fiesta pensada exclusivamente para la primera infancia. “Recuerdo que la asistencia de familias fue masiva y todo el equipo del programa se volcó en la organización y desarrollo del evento”, relata Lucía Duque, quien entonces era acompañante artístico-territorial de Nidos.
Desde esa primera edición hasta la actual, la propuesta ha evolucionado. Al inicio, el formato privilegiaba a las instituciones educativas, que llegaban en buses y recorrían diferentes experiencias; hoy, los domingos se convirtieron en el día clave para que sean las familias las protagonistas. Con el tiempo, se fortaleció la narrativa artística del evento: personajes itinerantes, comparsas y escenarios adaptados para bebés han transformado la manera en que la primera infancia vive el arte en el espacio público.
La logística también cambió. A las carpas se sumaron zonas de lactancia, espacios para el cambio de pañales, puff y sillas pequeñas para acercar a niñas y niños al escenario. Incluso, se escucharon las voces de las familias que pedían propuestas específicas para los bebés, no solo para niñas y niños de 3 a 6 años, lo que impulsó nuevas formas de diseñar experiencias artísticas al aire libre.
En el recuerdo de Lucía Duque quedan momentos tan intensos como las lluvias repentinas que obligaron a familias y artistas a resguardarse juntos en carpas repletas, transformando la incomodidad en una oportunidad para jugar y compartir en comunidad. También evoca la emoción colectiva: “Siempre sorprende la alegría de las familias por sentirse parte de la ciudad y por encontrar un talento humano dispuesto a recibir a sus hijas e hijos con afecto”.
El impacto de Bebés al Parque ha trascendido los límites del evento mismo. Ha sensibilizado a la ciudad sobre la necesidad de reconocer a la primera infancia como ciudadanía activa, con derecho a habitar el espacio público a través del arte y el juego. “Las familias nos dicen: ‘No sabía que esto sucedía en la ciudad’, y reconocen en este festival un espacio único para vivir con libertad y creatividad”, cuenta Duque.
Ese ejemplo ha inspirado a otras entidades distritales a pensar propuestas culturales dirigidas a las niñas y niños de 0 a 6 años y personas gestantes. Al mismo tiempo, ha creado comunidades de familias seguidoras del programa Nidos, que participan no solo en el evento, sino también en los espacios permanentes y en las experiencias que Idartes despliega durante el año.
Para la directora de Idartes, María Claudia Parias, la celebración de la décima versión es un hito que habla del compromiso de la ciudad con sus niñas y niños: “Bebés al Parque es la muestra de que Bogotá reconoce en la primera infancia a ciudadanos con derecho pleno al arte y a la cultura. Este evento es una invitación a celebrar la vida, a fortalecer los vínculos familiares y a entender que el juego y la creatividad son fundamentales para el desarrollo de la niñez”.
De cara al futuro, el sueño es seguir ampliando la cobertura y los recursos para perfeccionar la experiencia. Nidos se plantea nuevos retos, como garantizar que el evento sea aún más inclusivo para niñas y niños con condiciones diversas y que pueda consolidarse como un referente internacional en la atención cultural a la primera infancia.
Lo cierto es que, tras diez versiones, Bebés al Parque se ha consolidado como un carnaval de ternura, arte y comunidad, un espacio en el que Bogotá se detiene un día entero para mirar a sus bebés, reconocerlos y celebrar con ellos la potencia de la vida que comienza.