Colombia al Parque: un canto a la diversidad que reunió a todo el país en Bogotá

Nicoyembe
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Colombia al Parque: un canto a la diversidad que reunió a todo el país en Bogotá

La programación de esta edición incluyó 18 agrupaciones, 4 selectores y un grupo de danza.

La edición número 23 del Festival Colombia al Parque fue un encuentro que demostró que la diversidad no es solo un rasgo del país: es su esencia. Por dos días, el Parque de los Novios fue más que un pulmón verde en medio de la ciudad, se convirtió en el corazón palpitante del territorio nacional. Allí, entre el vaivén del sol, el frío y la lluvia, más de 27.500 personas se reunieron para celebrar, a cielo abierto, las raíces culturales que nos definen y nos unen. 

Durante las dos jornadas, desde mediodía las familias, los grupos de amigos, las parejas y los deportistas que estaban en el parque  fueron llegando con toda la disposición para vivir una fiesta cargada de música, tradición y mucha alegría.

En un mismo espacio, se cruzaron las voces de adultos mayores que tarareaban boleros, las risas de niñas y niños que corrían entre el escenario y la Zona de Arte y Emprendimientos y las conversaciones en lengua emberá de una familia indígena que vino desde el sur de Bogotá para acompañar la presentación de Koedé, agrupación distrital que dejó en evidencia la riqueza sonora del país, que fue celebrada por varios de los turistas que disfrutaron el evento. 

De hecho, según cifras del Observatorio y Gestión del Conocimiento Cultural el 10,2% de los asistentes al festival vienen de otras ciudades o son extranjeros, de estos el 33,3% llegaron a Bogotá específicamente para asistir al evento, fue el caso de Andrés Guerrero, visitante de Medellín, quien señaló que “uno aquí se siente parte de algo más grande, de un país que canta en muchas lenguas y con muchos acentos".

Por su parte,  Mariel, una francesa atrapada por el bullerengue de la agrupación Tonada expresó “No sabía que Colombia era tantas Colombias”.

Así mismo, las cifras del Observatorio señalan sobre el impacto económico del festival que “durante los dos días  los asistentes que viven en Bogotá gastaron un promedio de $53 mil en alimentación, $26 mil en compras y $12 mil en otros. 

Finalmente, la totalidad de los encuestados por el Observatorio afirmó que “el evento permite el disfrute de arte, la cultura y el patrimonio” y el 97,4% manifestó su interés en asistir a ediciones futuras de Colombia al Parque.

Una programación que recorrió Colombia de punta a punta

Desde Medellín, Puerto Candelaria celebró 25 años de trayectoria con un espectáculo cargado de teatralidad, sátira y experimentación sonora que puso a bailar a todos los presentes. A través de canciones como Amor y Deudas y Senderito de Amor, la agrupación demostró el porqué es una de las más representativas de la nueva música colombiana.

Tonada, proveniente de Montes de María y el Urabá antioqueño, ofreció un repertorio tradicional de bullerengue que conectó al público con la raíz afrocaribeña de Colombia. La fuerza de sus tambores y cantos fue una invitación al trance colectivo que terminó en ovaciones.

Uno de los momentos más emotivos se dio el sábado en la tarde con la presentación de Los Hermanos Genoy, una de las agrupaciones de Nariño, departamento invitado del festival, que hizo que los asistentes danzaran al ritmo de las músicas campesinas de esa zona del país; fue una presentación que transmitió alegría, orgullo por el talento nacional y para muchos fue inevitable unirse al coro “¡qué viva Pasto, carajo!

Otros hermanos que fueron ovacionados por el público fueron Los Hermanos Aicardi, que con la interpretación de clásicos como Cariñito, Tus besos son y Macondo demostraron que la música es un lenguaje universal, que permite que las personas dejen atrás las diferencias, ideologías y hasta las preocupaciones. Jóvenes, adultos mayores y todo el público cantó y bailó cada una de las canciones de este dúo que rindió homenaje a su padre Rodolfo Aicardi.

En el componente internacional, el proyecto argentino Perotá Chingó ofreció un concierto íntimo y conmovedor que tocó fibras emocionales. Con sus armonías vocales y formato acústico, sus integrantes generaron reverencias  entre los visitantes que cantaron y hasta lloraron con canciones como La complicidad y con la versión muy al estilo del Perotá Chingó de Bruta, ciega y sordomuda.

El cierre del festival estuvo a cargo de la artista española Buika quien, con su potente voz interpretó flamenco, soul, jazz, reggae y sonoridades afrodescendientes. Su presencia en el escenario fue el broche perfecto para una edición que exaltó el mestizaje y la diversidad.

Bogotá presente con su talento local

El talento bogotano estuvo representado con las ocho agrupaciones ganadoras de la Beca Festival Colombia al Parque 2025. Pedro Bombo trajo los sonidos andinos con una ejecución impecable; La Perla encendió el escenario con su fuerza vocal femenina y ritmos del Caribe; Nicoyembe reivindicó la riqueza afrocolombiana con una propuesta poderosa.

Danza Colibrí ofreció un set íntimo en el que el folclor se encontró con la canción global. La Rueda puso a bailar a los asistentes con el bullerengue bogotano; Identidad Pacífica, conformado por artistas migrantes del litoral, celebró su herencia con marimbas y tambores y Cotopla Boyz hizo estallar la fiesta con su cumbia psicodélica y estética futurista.

La presencia de Nariño fue transversal. Patacoré llevó al escenario la fusión del saber ancestral con sonoridades actuales, Encuentro  Trío conquistó con su versatilidad, en la zona de selectores, Mopadub y Juan No Fear llenaron de beats sureños los momentos entre presentaciones, mientras que Raíz - Afropacífico unió danza urbana y tradición en un espectáculo que hizo temblar la tarima.

Más allá de la música: una experiencia completa

La Zona de Arte y Emprendimiento se consolidó nuevamente como un espacio clave para el fortalecimiento de la economía cultural, la diversidad territorial y el reconocimiento de las prácticas artísticas y sociales desde los territorios. Como resultado, las ventas registradas alcanzaron los $61.435.000

Una de las emprendedoras fue Mónica Benavides, del proyecto Joyas Blandas y Casa Carnaval de Pasto, quien diseñó el vestuario de la serie de Netflix Cien años de soledad. “Este proyecto representa el Carnaval de Negros y Blancos, por ello trajimos fragmentos de los trajes que usamos en esta fiesta, con el fin de que los bogotanos conozcan más de nuestro patrimonio cultural. Hemos tenido la oportunidad de que este patrimonio se refleje en el vestuario de Andrea Echeverry y en la maravillosa serie Cien años de soledad”.

De igual forma, la oferta de la zona de comidas  garantizó alimentos de calidad, a precios accesibles y acordes con los diferentes gustos y necesidades de los visitantes.Durante los dos días del festival, esta zona registró ventas por un total de $73.811.000, reflejando una respuesta positiva del público y el impacto económico del espacio dentro del evento.

Además, marcas como Bavaria y la Empresa de Licores de Cundinamarca se sumaron a esta fiesta aportando al componente artístico del festival, mientras ETB y Canal Capital fortalecieron la conectividad y la transmisión de esta experiencia para quienes no pudieron asistir.

Colombia al Parque, una celebración que trasciende el escenario

El festival organizado por el Instituto Distrital de las Artes - Idartes volvió a demostrar que no se trata solo de conciertos, sino de encuentros. Es un espacio donde las músicas tradicionales, populares y contemporáneas circulan, se cruzan y se reinventan. Un territorio incluyente donde cada canción trae consigo una historia, cada tambor une generaciones y cada aplauso es un acto de reconocimiento a lo que somos.

En Colombia al Parque, la lluvia no fue un obstáculo, fue un ritmo más. El frío no espantó a nadie, se combatió con calor humano. Y el sol, cuando salió, iluminó un país entero reunido en un solo parque.